CONDENARON A CADENA PERPETUA AL FEMICIDA DE FLORENCIA OVEJERO

Lucas Borrachia la mató de 35 puñaladas delante del pequeño hijo de ella, en Grand Bourg. “Es un alivio al corazón pero el dolor y la tristeza siguen porque a Flor no la tenemos más”, dijo la hermana de la víctima.

Condenado. Lucas Borrachia la semana pasada, ante el tribunal de San Martín que lo juzgó

El Tribunal Oral Criminal 1 de San Martín condenó ayer a cadena perpetua a Lucas Borrachia, el femicida que el 21 de diciembre de 2019 asesinó de 35 puñaladas a su pareja, Florencia Ovejero, en la casa que compartían en Grand Bourg y en presencia del hijo de ella, que por entonces tenía tan solo cuatro años.

«La muerte fue violenta con escasos minutos agónicos«, concluyeron las pericias. La mamá de Florencia encontró el cuerpo de su hija tirado en el piso, en medio de un charco de sangre. «Nona, Lucas mató a mi mamá con un cuchillo y ahora está dormida«, le refirió su nietito, que tuvo que convivir con su madre muerta varias horas, hasta que se hizo de día.

Para el tribunal, quedó debidamente probado que Borrachia mató a Florencia Ovejero con un arma blanca y que le dio 35 puñaladas.

Víctima. Florencia Ovejero tenía 21 años

El detalle que arrojó su autopsia es atroz: el cuerpo presentaba seis heridas cortantes en el rostro; cuatro punzo cortantes en el cuello; cinco punzo cortantes más tres cortantes en su tórax; otras tantas en sus brazos (lo que indica que la víctima trató de defenderse) y en el cuero cabelludo.

Según los médicos forenses, se evidenciaron lesiones de remate, perpetradas para reasegurar la muerte de Florencia, en el tórax y en el cuello.

Los jueces del tribunal -José Marcelo Machado, Marco Terrarosa y Julio César Di Giorgio- entendieron que no hay ninguna circunstancia extraordinaria que pudiera ser considerada como atenuante de su responsabilidad .

Por un lado, los peritos psiquiátricos sostuvieron que Borrachia pudo comprender y dirigir sus acciones al momento de los hechos y que no existió cuadro psiquiátrico ni toxicológico alguno  que justifique lo desarrollado.

También se pudo comprobar que, luego de cometer el crimen, el imputado se higienizó y se deshizo de las armas homicidas, para después fugarse. Lo encontraron días después en un hotel céntrico de la Capital Federal. Fue el recepcionista del lugar quien lo reconoció y avisó a la Policía. Eso permitió su detención.

Con todos estos elementos, los jueces encontraron a Borrachia culpable de homicidio agravado por haberse cometido por un hombre hacia una mujer con quien mantenía una relación de pareja, en el marco de una convivencia en contexto de violencia de género.

El condenado fue notificado del fallo en el penal donde cumple su reclusión, tal como él mismo había pedido.

Micaela, hermana de la víctima, contó sus sensaciones tras el fallo: “Estos dos años y tres meses fueron una lucha muy dura y dolorosa, que caminamos de la mano de su hijo en todo momento. Confiamos que la fiscalía estaba trabajando muy bien, lo mismo que nuestra abogada. Confiábamos que iba a recibir la pena máxima”.  

Esto es un alivio al corazón pero el dolor y la tristeza siguen, porque a Flor ya no la tenemos más. Pero saber que se hizo justicia y que ella puede descansar en paz es un alivio que recibimos”, consideró y describió la reacción al escuchar la sentencia: “fue un grito enorme el que pegamos y un llanto de alegría y tristeza a la vez… pero pudimos gritar que se hizo justicia”.

Nos dimos cuenta que siempre luchamos… aunque fuéramos diez personas, siempre luchamos. Con la fuerza que Florencia nos envió y la fuerza de Dios pudimos lograrlo. Ayer le pude decir a su hijo ‘se hizo justicia por tu mami, tu mami va a volar muy alto en el cielo y para que te quedes tranquilo, ese asesino no va a salir más’. En ese momento su aspecto cambió, porque su miedo era que vuelva a salir este tipo. Ciro tiene seis años pero es un nene que entiende muchas cosas”, reflexionó.

No hay que bajar los brazos por más que el dolor invada el alma”, concluyó.

Luis Melillo

DISPAROS CONTRA LA POLICÍA | El proceso a Lucas Borrachia sumó otra causa que el imputado tenía, anterior al femicidio. Data del 30 de diciembre de 2018, un año antes de la muerte de Florencia. La Policía llegó al domicilio de Borrachia por un llamado al 911 que había alertado sobre un disturbio en la vía pública. Cuando los efectivos se acercaron a él, Borrachia la emprendió con insultos. Luego sacó un arma y les disparó, primero en la calle y luego desde el interior de su casa. Trató de escapar por los techos pero los policías lo encontraron escondido en el garaje de un vecino. Ese hecho fue juzgado en la misma jornada del juicio oral y público por el femicidio. En este caso, Borrachia fue declarado culpable, por abuso de arma agravado en calidad de autor.