CUIDAR EL AMBIENTE Y SOLUCIONAR PROBLEMÁTICAS SOCIALES, PREMISAS DEL CLUB DE CIENCIAS ALBERT EINSTEEIN

Funciona desde 2009, en Grand Bourg, integrado por docentes y alumnos. Ya desarrollaron varios proyectos y participaron de ferias internacionales.

Uno de los proyectos busca llevar la energía solar al mundo de las motos

ECAM21, Equipo de carga autosustentable móvil”, es el nuevo proyecto del Club de Ciencias Albert Einsteein, de Malvinas Argentinas, que busca llevar la energía solar al mundo de las motos.

Todavía en etapa de trabajo de campo, el proyecto consiste en el desarrollo y construcción de un equipo desmontable, y que se ajuste a cualquier moto, con un pequeño panel solar a través del cual se pueda cargar una batería extra.

La idea es que si te llegás a quedar con la moto o tenés un problema en la batería lo puedas solucionar. También, que pueda dar luz en el caso de que sea necesario reparar algo en la moto y que puedas cargar el celular mientras viajás, ya que la mayoría de las motos todavía no traen puerto USB”, explica Marcela Pellegrino, coordinadora del club, y agrega otra funcionalidad: “Si un día te quedás sin luz en tu casa y tenés la moto, entonces te puede dar la posibilidad de enchufar un cable con una o dos lámparas de bajo consumo”.

Pero este no es el primer proyecto del Club de Ciencias, que funciona desde fines de 2009 en la casa de Marcela, ubicada en Grand Bourg. “La idea es siempre que sean proyectos que busquen cuidar el ambiente y solucionar una problemática social”, destaca esta profesora de matemática ya jubilada, y comenta que la financiación de los proyectos es por parte de los docentes que trabajan en el club.

A lo largo de estos años, los y las integrantes del club, que hoy suman 28, trabajaron en varios proyectos interdisciplinarios, uno de ellos fue el Sistema de Detección y Extracción de Gas e Iluminación Cenital (SADEGIC) que se instaló en la Secundaria 35 de Grand Bourg, en 2018.

El proyecto SADEGIC nos tomó nueve meses finalizarlo, consistía en reemplazar algunas luces convencionales del patio y de la entrada de la escuela por luces alimentadas por energía solar. Además de eso, pudimos alimentar un detector de gas”, recuerda Bruno Guardia, de 19 años.

Este proyecto comenzó en el marco de un taller voluntario que se realizaba en la Secundaria 35, de Grand Bourg, a la que Bruno asistía como estudiante, y de la cual era docente la coordinadora del club. “Al año siguiente, en el Club de Ciencias decidimos crear un prototipo mostrando el trabajo realizado en la escuela, pero con una mejora importante. Este prototipo contaría con unas válvulas que en caso de detectar gas, lo filtraría hacia el exterior evitando accidentes de gran daño”, comenta Bruno, que actualmente estudia licenciatura en Sistemas en la Universidad Nacional de General Sarmiento.

En 2012 desarrollaron FEBO, un surtidor solar para cargar celulares y autos eléctricos, que también cuenta con wifi comunitario y radio VHS. “Fue pensado cuando se inundó La Plata y no había medios para comunicarse, debido a que estaban caídas las antenas de la zona”, cuenta Carolina Sanpedro, estudiante de bioquímica de la UBA, que se unió al club en 2010: “Fui a una exposición de arte el predio Oasis, en Grand Bourg. Me llamó la atención el barco solar que estaban exponiendo y el proyecto de alimentar la iluminaria del serpentario del zoo de Malvinas con energía solar”.

Aunque ya no participa activamente en los proyectos debido a sus horarios laborales, Carolina enfatiza que los proyectos surgen a partir de torbellinos de ideas entre los y las  integrantes teniendo en cuenta alguna necesidad social.

Los integrantes del Club de Ciencias Albert Einsteein, de Grand Bourg

De la misma manera, en conjunto, buscan la solución, explica Mario Trejo, de 29 años y uno de los fundadores del Club. “Personalmente me gustan todos los proyectos, pero si tengo que elegir uno, me quedo con FEBO, que ha tenido mejoras a través de los años”, dice Mario y comenta que es su favorito, porque gracias a este proyecto pudo representar a la Argentina y al Club Albert Einsteen en ferias de ciencias realizadas en Perú, Brasil y Bélgica.

Antes de la pandemia, los y las integrantes se juntaban todos los sábados por la tarde en Grand Bourg. En este momento, para continuar con los proyectos implementaron una comunicación virtual y cuando lo permitieron las restricciones, encuentros cada 15 días al aire libre. Muchas de estas actividades, así como las características de los proyectos las publican en el Facebook del club: https://www.facebook.com/clubalberteinstein.

Cuando llegás al club sin conocer a nadie y te encontrás con un montón de gente, que te charla, que te integra, que te hace parte de ahí, esperás ansiosamente que sea sábado para poder reunirte con ellos nuevamente. Con el tiempo se vuelve tu familia”, relata Florencia Verón, que se unió al Club en 2012.

Marcela Bello