ES DE TORTUGUITAS Y ESTUVO EN LOS PRIMEROS PLANOS DEL BILLAR
Abel Callejas llegó a la categoría internacional en los ‘80. Representó al país en Sudamérica y en el 2000 fue al Mundial de Alemania y estuvo ternado en los premios Olimpia.
Abel Fatiga Callejas, es vecino de Tortuguitas. Comenzó a jugar al billar de adolescente, sin saber que con el tiempo llegaría a los primeros planos de ese deporte, a nivel nacional e, incluso, internacional. Su especialidad, el billar a tres bandas -una de las disciplinas más difíciles y vistosas de este juego- requiere mucha habilidad y precisión.
“Empecé en Lanús, donde vivía, en el club Laprida. De a poco me fui entreverando con los grandes. Era otra época, se jugaba mucho al billar. En Buenos Aires no había café que no tuviera su mesa. Eso después fue cambiando, por cuestiones económicas, los billares pasaron al primer piso o al subsuelo. Yo digo que ahí sacaron el billar de la vista de la gente. Además, antes, el billar estaba relacionado con el café. El café era un lugar donde se pasaban horas, donde se aprendía, donde había respeto y códigos. Eso también se perdió”.
-¿Qué jugadores recordás de esa época?
–Muchos. Juan y Ezequiel Navarra, y un primo de ellos, Enrique, que fue tres veces campeón del mundo. Tenían un estilo increíble, muy agradable para mirar. También estaba Marcelo López y Aviv Kertikián.
En la década del ’70, Abel comenzó a competir en la Federación Argentina de Billar, en cuarta categoría. En los años que siguieron fue avanzando rápidamente, hasta llegar a la primera B. Tras unos años alejado de la práctica deportiva, volvió en los 80 y ascendió a primera y a la categoría internacional, que es el máximo nivel. En los ’90 representó al país en varias competencias sudamericanas. También estuvo en la exhibición que se hizo en Buenos Aires con los cinco mejores jugadores del mundo.
La victoria en el panamericano de Perú, en el ’99, lo clasificó para el mundial del año 2000, en Alemania. “Se jugó en Dusserdolf, ante unas 400 personas, fue una experiencia muy importante”. Ese mismo año, estuvo en la terna de billar de los premios Olimpia de Plata. “Fue el año que le dieron el Olimpia de Oro a Maradona, un recuerdo imborrable”, rememora.
-¿Qué tiene que tener un jugador de billar?
–Condiciones naturales, como cualquier deportista. Y después técnica para pararse, para agarrar el taco. Mucho pulso, buen estado físico y fundamentalmente temple para controlar los nervios.
-En los últimos años el billar retrocedió mucho…
–Hoy el billar perdió la importancia que tenía antes. Es un deporte amateur, requiere mucho sacrificio, por eso cuesta que surjan nuevos jugadores. Yo sigo jugando, y además me dedico a enseñar, aunque la pandemia paró un poco esta actividad.
Luis Melillo