ELECCIONES 2021: CARIGLINO, FOCO DE POLÉMICAS EN LA INTERNA DE JUNTOS

Más allá de las críticas a Manes por incluirlo en la lista para diputados nacionales, el exBarón hegemoniza la interna malvinense de la alianza.

Cariglino, al firmar como precandidato a diputado con Manes

El nombre del exintendente malvinense Jesús Cariglino agita las nada apacibles aguas de la interna juntocambista. Tanto que por estas horas el neurólogo neoradical Manes se estará preguntando si estuvo bien aceptar la condición que le impuso el sanmiguelense Joaquín de la Torre de ubicarlo como precandidato a diputado nacional en su lista.

Manes recibió críticas generalizadas desde sus rivales en la interna. Una de las más contundentes fue la de Carrió: “dicen que son la nueva política pero llevan a Cariglino”, lanzó la chaqueña. Stolbizer, por su parte, no encontró argumentos convincentes para explicarlo. “No sabía que iba a estar”, dijo, apelando a una presunta inocencia que en una dirigente de su experiencia suena improbable.

Manes le respondió con una frase que aportó colorido: “No podemos importar noruegos”, se justificó, y uno se imagina a Cariglino implorándole que mejor no aclare porque se viene la oscuridad.

Pero estos cruces podrían alejar el eje de un hecho que merece ser resaltado: la manera con la que Cariglino –aun con mala imagen y derrotado- consigue erigirse en patrón de la interna malvinense.

Cariglino maneja la lista de Manes en el distrito. Así lo determinó un acuerdo de cúpulas entre los operadores del neurólogo, el delatorrismo y los radicales de Abad. La cuestión derivó en varios heridos, entre ellos los radicales, que no aceptaron el módico cuarto lugar que les ofreció. De este modo, los radicales malvinenses no tendrán lugar en la lista del candidato a diputado que todos presentan como radical. Una paradoja que Cariglino puede hacer posible.

Como primero en la lista, el exintendente ubicó a un familiar: su primo, el médico Marcelo Labonia. El resto, salvo un representante de Monzó, le responde.

Aunque sus manejos no se limitan a esa lista. En la de Kambourián -que se supone es una de las que rivalizan con la de Manes – también hay una presencia hegemónica de sus militantes.

La cuestión tiene su lógica ya que cuando el médico mediático anunció su lanzamiento, enseguida se supo que detrás estaba la estructura cariglinista. De hecho, en sus primeros pasos, sus actividades eran acompañadas por sus militantes.

Después apareció la precandidatura de Manes y la incorporación de De la Torre-Cariglino a ella, tras un breve coqueteo randazzista. Este nuevo ordenamiento hizo pensar que se venía un alejamiento de Cariglino para con “Kambu”. Esto no fue así y la conformación de la lista lo confirma. Incluso, desde el entorno del médico tampoco lo niegan, más allá que lo minimizan.

En este contexto, uno encuentra detalles impensables. Lucía Fontana, precandidata número 2 en la lista de Manes, hace un mes organizaba una recorrida por Los Polvorines junto a Kambu. Hace unos días, con Kambourián; hoy, precandidata en puesto importante de su rival Labonia. Cariglino hace jugar a sus militantes con este nivel de desparpajo. Hoy acá, mañana donde sea.

Lo sorprendente es desentrañar cómo un dirigente que viene en caída libre (perdió las tres últimas elecciones a las que se presentó, la última por paliza) y que representa todo lo contrario a lo que Juntos declama ser, logra erigirse como patrón de su interna.

Cuando perdió en 2015, fueron el actual diputado provincial Alex Campbell y la Torre los que lo cobijaron dentro del vidalismo. De la Torre y Cariglino prometían ser un torbellino para sumar un vendaval de peronistas al espacio, algo que nunca se concretó. Sin embargo, Cariglino pasó a tenerlo todo. En Malvinas, recibió visitas de las principales estrellas PRO, además de recursos y el manejo, entre otras cosas, de la Anses y el PAMI local. Hasta ahí, quedaba la expectativa de que recuperase terreno en 2017. Los resultados no acompañaron y lo mostraron perdidoso. La apuesta por su figura siguió para 2019, y esta vez el revés fue catastrófico.

¿Cuáles eran/son los argumentos para mantenerlo? La respuesta fue/es siempre la misma: que a pesar de su mala imagen, era/es el que más sumaba/suma entre los dirigentes del Juntos por el Cambio local. Algo irrefutable pero discutible, teniendo en cuenta que a ningún otro de esos dirigentes se lo empoderó como a Cariglino. A pesar de ser una cuestión cotrafáctica, es lícito preguntarse si algún dirigente propio no lo hubiera superado contando con todos esos recursos, en tiempos de hegemonía amarilla en Provincia y Nación.

Todo esto es especulación. El dato de la realidad es que, más allá de sus derrotas y de su caída libre, a Cariglino no parecen entrarle las balas en su relación con el Pro. Lo que le permite erigirse hoy en el verdadero patrón de la interna, por más que su inquietante presencia parezca jugar como salvavidas de plomo. 

Luis Melillo