LOS 65 AÑOS DEL CLUB SOL DE MAYO
Cuando nació el barrio era parte de Nogués, pero después pasó a ser de Los Polvorines. Una breve reseña de su historia.
Sol de Mayo es un barrio de Los Polvorines. Uno de sus costados es la Ruta 197, a la altura del Hospital de Trauma. Muchos años atrás, el sector era parte de lo que se conocía como “Pablo Nogués Sur”. Hasta que la ruta pasó a ser límite entre las dos localidades y el barrio quedó del lado de Los Polvorines.
Límites aparte, Sol de Mayo tiene su club. Lleva su nombre y ayer 25 de agosto cumplió 65 años de vida.
Surgió de un grupo de vecinos que se reunía en la peluquería de José Ricardez y querían contar con un lugar para el encuentro y la práctica deportiva. Se terminó fundando el 25 de agosto de 1955.
“Se iba a llamar Huracán de Nogués, porque Don Ricardez era hincha del globo… pero al final la mayoría pidió que tenga el nombre del barrio y así quedó”, rememora Antonio Lanzillota, su actual presidente.
Los colores adoptados para el club barrial fueron el blanco y el negro. La primera comisión quedó integrada de la siguiente manera: José Ricardes y José de Luca (presidente y vice, respectivamente); Juan Medvedev, Fernando Ronda y Agustín Shwindt (secretario, prosecretario y secretario de actas); Edmundo Fernández y Juan Sach (tesorero y protesorero); y los vocales Guillermo Muller, Carlos Haselbek, Carlos Muller y Nicolás Medvedev.
Una de las primeras tareas de los fundadores fue recaudar dinero para comprar un lote y arrancar con la sede. Los fondos vinieron de los mismos vecinos, que participaban de campeonatos de fútbol, kermeses, festivales y asados organizados para ese fin.
Cuando por fin se logró la compra de un terreno en la calle Hernandarias, a media cuadra de la ruta, se instaló una casilla de madera y se hizo la cancha de bochas, que junto al fútbol fueron las actividades históricas del club. Unos años después se compraría un segundo lote, con salida a la calle Bacacay.
Como ya se dijo, el fútbol fue una de las actividades principales del Sol de Mayo. Los apellidos del primer plantel son Bertolini, González, Haselbek, Palacios, Cardozo, Guadalupe, Artero, Ferrero, Miedviedev, Delgado, Labonia, Muller, Azcurra y Herrera.
“Se jugaban campeonatos relámpagos, los domingos todo el día, y otros nocturnos.Venían muchos equipos a jugar, como La Fragata, el Textil o Barrio El Sol de Los Polvorines, o San Martín de Nogués… Venía mucha gente”, acota Antonio.
Hoy el club tiene unos 160 socios y resiste con mucho esfuerzo la crisis que golpeó a los clubes de barrio en los últimos años, agravada hoy por la suspensión de actividades que impuso la pandemia. En este contexto lo encontró el cumpleaños número 65; los protocolos vigentes lo impidieron, la celebración quedará para más adelante. Como lo explica su presidente: “Me hubiera gustado poder reunir en el club con todos los que fueron parte de esta historia. Teníamos muchas cosas pensadas, pero no se pudo. Esperaremos a que todo esto pase para poder estar todos juntos y disfrutar todos estos años del club de nuestro barrio”.