ANGUSTIA CIVILIZADA

El autor reflexiona sobre la cuarentena, la angustia, y la búsqueda de una salida en “el pensamiento nuestro americano”.

«Nuestro norte es el sur«, de Joaquín Torres-Garcia

El sentido de la plenitud apunta aquí hacia abajo, hacia la tierra.Trata de alcanzar angustioso el reverso de los hechos, hasta que encuentra, en dimensión telúrica, lo que Europa sublima en dimensión de la idea…”

Rodolfo Kusch

Lo angustiante llenó diarios, portales, minutos de aire y programas de televisión. Una pregunta angustiada de una periodista, una respuesta encendida del presidente, y un montón de opiniones y disertaciones para elegir en la góndola de ideas empaquetadas.

Todas las angustias descriptas por psicólogos, filósofos, señores con traje y conexión WI FI, fueron un traslado de categorías, en su gran mayoría europeas a una tierra que admira el deber ser, la idea, la lógica… mientras reniega de la barbarie, la suciedad, la magia pero siempre sintiendo una profunda seducción, como nos enseñó el maestro Kusch.

Lo angustiante, en nuestra América, se reproduce en estos análisis que derrochan pulcritud, racionalidad instrumental, individualismo, competencia y consumismo y reniegan del hedor de habitar el suelo de manera comunitaria, a partir de una simbología mítica,uniendo con lazos afectivos.

La angustia, está ahí,pero no en el libro, el papper, el último artículo de alguna prestigiosa revista… está en forzar la racionalidad aun cuando el pensamiento está grávido por el suelo, renegando del barro, de la piedra.

Hay dolores, muchísimos,negaciones, olvidos, habitares que son indecibles, y ahí hay una angustia más genuina, que no reniega de otras cosas, está Ceferino, el gauchito, y la curandera que te saca el empacho y acomoda los huesos, no hay que ir muy lejos,pasa acá, cerquita, la tele no te lo muestra, porque ahí solo vale la pobreza o el malandra.

Aun hoy, en tiempos de fe casi ciega en la ciencia, tenemos que darnos el tiempo, sentarnos a contemplar, y darnos cuenta de que la angustiosa dualidad de nuestra tierra nos ciega.

Pandemias, mundo en caos, riesgo país, dólar, PBI, cosas que están ahí y se venden como sacras, pero lo sagrado pa’uno es otra cosa, y en esa sabiduría profunda de la tierra, el pensamiento nuestro americano tal vez sea la respuesta o la cura de las angustias que nos aplastan y la fuente de una vieja-nueva comunidad que se limpie de la pulcritud y se reconstruya en el hedor.

Ariel Fernández (concejal Movimiento Evita)