APRUEBAN ORDENANZA CONTRA LAS FIESTAS PRIVADAS

La norma regula los espectáculos públicos. En un artículo prohíbe las fiestas en casas o quintas que persiguen lucro económico.

Una quinta clausurada tras un operativo municipal (foto de archivo)

El Concejo Deliberante aprobó un proyecto de ordenanza para regular los espectáculos públicos. En uno de sus artículos, apunta de manera directa contra las fiestas en casas quintas, que tanto malestar generan en la comunidad.​

La norma, aprobada en la sesión del jueves pasado, se ocupa en su artículo quinto de las «simulaciones«. El término alude a las fiestas en lugares «no habilitados«, como casas particulares y casas quintas en las que se oculta el lucro económico, bajo «una estructura simulada o aparente de fiesta privada«.​

Y hace responsables de la falta a los propietarios, locatarios u ocupantes, a los organizadores y a quienes «comuniquen, publiciten y convoquen al evento«.​

La ordenanza aprobada regula todo lo concerniente a espectáculos públicos, tanto sociales, culturales, deportivos o religiosos, que se hagan en ámbitos abiertos o cerrados, se cobre o no entrada.​

El expediente fue ingresado sobre tablas por el oficialismo y aprobado por amplia mayoría.

UNA PRÁCTICA LUCRATIVA QUE GENERA MOLESTIAS

Las fiestas en las quintas parecen es una actividad que se reproduce día a día, impulsada por las ganancias que genera. Se hacen por fuera de todo marco legal y la padecen los vecinos, que ven como se desvanece cualquier intento de descanso. Música a alto volumen, ruidos, gritos, movimiento de vehículos tanto durante el día como por la noche, son parte de los padecimientos.

Hay distintas modalidades. Una es la del propietario que alquila su quinta por día, desentendiéndose de lo que hagan los ocupantes transitorios. Otra es la de los dueños que directamente organizan fiestas que promocionan en las redes. Cobran entrada y explotan la venta de bebidas.

Los vecinos que las padecen denuncian y el municipio corre detrás de ellas aplicando multas y clausuras. Muchas veces, los propietarios u organizadores rompen las fajas ni bien se van los inspectores.

Ahora, esta norma impulsada por el ejecutivo busca darle un marco legal a la cuestión, para desalentar una actividad ilegal que dispara el malhumor vecinal.

Luis Melillo