DE LA TORRE LO INTENTÓ PERO JUNTOS LE BAJÓ EL PULGAR A CARIGLINO

El senador sanmiguelino quería que lo nombren como adjunto en la Defensoría del Pueblo provincial. Ni el PRO ni la UCR avalaron el pedido.

El dúo en 2021, cuando soñaban el ingreso del exBarón a Diputados

Desde que dejó el poder en 2015, el exintendente Jesús Cariglino viene recorriendo un lento pero inexorable camino de retroceso político. El expanadero devenido político, que manejó Malvinas Argentinas con mano dura durante dos décadas, hoy transita un presente de opacidad que pocos hubieran imaginado.    

El último episodio de su decadencia quedó expresada estos días, cuando el senador provincial Joaquín de la Torre -su último socio político- vio fracasar el intento de ubicarlo como adjunto en la Defensoría del Pueblo provincial, que sigue comandando el peronista Guido Lorenzino.

La posibilidad que había entrevisto el exintendente de San Miguel se abrió a partir de la negociación que Kicillof habilitó para asegurarse la designación del exrector de la UNPAZ, Federico Thea, al frente del Tribunal de Cuentas de la Provincia de Buenos Aires -el organismo que controla las cuentas provinciales y municipales- tras la salida del radical Eduardo Grimberg, que lo manejó durante 35 años.

En la negociación entraron cuatro vocalías a ocupar en la Defensoría y De la Torre pidió que una fuera para su amigo, el exBarón malvinense. Pero la iniciativa no encontró eco en la coalición conservadora, algo que se concretó definitivamente en la sesión del martes. Los asientos se los repartieron entre el Frente de Todos, la UCR y el PRO.

Desairado, el exrugbier renunció a la vicepresidencia segunda de la Cámara Alta, que ejercía en representación de Juntos. Aunque anunció que seguirá en el bloque que preside el angelicista y derrotado candidato a presidente de Boca, Christian Gribaudo.

Un nuevo revés para el dúo Cariglino-De la Torre, que en el ’21 había visto frustrada la posibilidad de meterlo como diputado nacional por la lista del radical Manes. Una candidatura que el propio neurocientífico trató de justificar en la tele con una frase que se ganó un lugar la antología de sincericidios políticos: “¿Y qué querés? No podemos importar noruegos”, le respondió a su interlocutor, que le había cuestionado cómo se podía pretender ser el abanderado de una supuesta renovación llevando personajes que representan exactamente lo contrario.

Una frase que define a Cariglino como una suerte de indeseable de la política, que él y su amigo Joaquín se resisten a registrar.

Luis Melillo