LA HISTORIA DE JUANITA Y AUDELINA, LAS HERMANAS QUE SE ENCONTRARON DESPUÉS DE 56 AÑOS
Dejaron su Chaco natal y nunca más supieron la una de la otra. Por una nota de Tiempo de Tortuguitas, volvieron a hacer contacto.
Las redes sociales son así. Pueden ser el lugar para actitudes innobles, pero también para disparar una multiplicidad de cuestiones positivas, como el episodio que nos ocupa en esta nota.
Macarena es una joven santafesina. Ella buscó la manera de ayudar a su abuela Juanita Torres (74), para encontrar a sus dos hermanas, Audelina (72) y Ermelinda (73), de las que no sabía nada desde hacía 56 años, cuando dejó su Chaco natal y su familia para irse a Santa Fe.
Comenzó una búsqueda sin demasiados resultados. Solo un dato: en el padrón electoral, Audelina aparecía con domicilio en la zona de Tortuguitas. Entonces, Macarena recurrió a las redes sociales. Allí encontró el muro de Tiempo de Tortuguitas.
«Hola buenas tardes, disculpe mi atrevimiento. Estoy buscando a una persona que lo último que supimos es que vive en Tortuguitas. ¿Podrían ayudarme a encontrarla?”, fue su contacto inicial.
A partir delos datos aportados, publicamos una nota, contando los detalles de la búsqueda.No pasó mucho tiempo -en rigor menos de una hora- para que los hijos de Audelina leyeran la nota. Poco después, una videollamada ponía en contacto a las dos hermanas. Los años y la distancia no importaron, la emoción dominó el reencuentro.
“Hablaron del tiempo que pasó, muy emocionadas, ambas sin poder creerlo porque son muchos años sin verse y sin hablar…y gracias a la nota por fin se pudieron comunicar nuevamente… lo agradezco de corazón, no sabe la alegría que tenemos”, contó la nieta de Juanita a través de un mensaje, desde Santa Fe.
Desde Tortuguitas, Roxana, hija de Audelina, contó cómo fue el inicio del reencuentro. “Nosotros tenemos Tiempo de Tortuguitas en el Facebook, siempre lo leemos, así que mi hermano vio la nota y me llamó… La leí y todo coincidía con lo que mi mamá me había contado de chica… me comuniqué al contacto y las dos se reconocieron enseguida… La videollamada fue muy emocionante,estuvieron hablando bastante. Ese día no dormimos… fue una emoción muy grande”.
La alegría no se detuvo ahí: al otro día un nieto de Ermelinda, que también trataba de ayudar a su abuela en la búsqueda de sus hermanas, se comunicó con ellas.
Las tres hermanas cargan con una dura historia de vida. Separadas por problemas familiares casi de adolescentes, fueron rearmando sus vidas a la distancia, sin saber nada la una de las otras. Una historia de dolor y desarraigo que acompaña a muchos migrantes, tanto del interior como del exterior.
Una historia que hoy, 56 años después, parece cerrar un círculo. Y abrir otro, el del reencuentro cara a cara, que ya proyectan las familias. Es la historia de Juanita y Audelina Torres, del tiempo perdido y del que les queda por recuperar.
Luis Melillo