“SOLO PEDIMOS RESPETO ANTE EL DOLOR”
La familia del chofer electrocutado repudió las imágenes que circulan en redes sociales. Tenía 33 años e iba a ser padre.
Miguel Ángel Veliz tenía 33 años. Un trabajo, una casa a medio hacer y el sueño de ser padre muy cerca de ser realidad. La fatalidad lo dejó trunco: este martes, mientras entregaba materiales para el corralón en el que trabajaba, encontró una muerte inesperada. La grúa hidráulica que manipulaba tocó unos cables y provocó una descarga eléctrica que recibió en su cuerpo. Miguel quedó desvanecido. Trataron de reanimarlo en el lugar y fue llevado al hospital de Trauma. Todos los esfuerzos fueron inútiles.
Tiempo de Tortuguitas habló con Rosa, Paola y Mirian, sus hermanas.
“Miguel se estaba haciendo la casa y tenía su mujer embarazada de dos meses… soñaba mucho con ser papá y ahora no va a poder ver a su hijo. Era un simple trabajador que salió a ganarse la moneda”, narra Rosa entre sollozos, mientras abraza una foto de su hermano.
“Trabajaba en corralones desde los 12 años, tenía mucha experiencia. Por eso yo digo que ese camión no tenía que estar acá, es muy grande para esta zona. Y no sé si tendría que haber tenido una protección especial. Él hizo algo por complacer al cliente, porque era muy servicial… todo el mundo lo quería. Calculó mal y le pasó lo que le pasó… Al dueño del corralón lo vi en el hospital y nos ofreció todo, pero después no lo vimos más. Pero igual se olvidaron que mi hermano tenía una mujer”.
La angustia se agranda por la demora en la entrega del cuerpo. Es que una fiscalía ordenó investigar la muerte y recién hoy se estaba disponiendo la autopsia en la morgue de Ciudadela. “La cochería se demoró porque no hizo bien el trámite. Lo único que queremos es poder velarlo como corresponde, no es justo que todavía no hayamos podido hacerlo, es muy doloroso”, apunta la mujer.
Y no solo eso, se hace más insoportable por las imágenes que dan vuelta en las redes sociales y que lo muestran al joven trabajador agonizando. El pedido de la familia es casi una súplica: “por favor, por respeto a este gran dolor, pedimos que no publiquen nada que se vea a mi hermano tirado. La familia está destrozada… no pedimos dinero ni nada, solo pedimos respeto ante el dolor”.
La contrapartida son los muchos mensajes de solidaridad y acompañamiento: “Hubo mucha gente que escribió cosas muy solidarias y estamos muy agradecidos. Muchos que escribieron lo conocían y sabían lo que era él… Otros escribieron cosas del Trauma, pero yo no le echo la culpa al hospital ni al municipio… hace dos años en el Trauma me salvaron la vida a mí… mi hermano llegó sin vida, fue muy fuerte la descarga. También supe que hubo un docente que lo ayudó en el lugar… me gustaría conocerlo y agradecerle”, acota Rosa.
Paola, cuenta que “Es mucho el dolor y si estamos de pie es porque tenemos hijos. Somos una familia de laburantes, nos rompimos el alma para tener lo poco que tenemos” y vuelve sobre el punto que más enoja a la familia: “Ese camión no tenía que haber estado acá… Queremos que alguien haga algo para que no le pase esto a otra persona”.
Para Mirian, la hermana menor, “Miguel era todo para nosotros. Era el cable a tierra de la familia, el que alegraba todo. Jamás estuvo triste. Se preocupaba por nosotros, para que todos estemos bien. Siempre se hacía un tiempo para todos los hermanos. Nos falta él y nos falta todo”.
El testimonio final de Rosa va en la misma dirección: “Mi hermano era muy querido, todos lo adoraban. Se disfrazaba de Papá Noel y repartía caramelos a todos los chicos del barrio… Ahora ya no lo va a poder hacer más”.