El caso Celeste Morales y la alta exposición de los hechos de violencia en Malvinas pusieron en la mira de la opinión pública los puntos oscuros de la administración Cariglino

El reclamo por mala praxis en el caso Celeste Morales podría haber quedado ahí. Pero los hechos de violencia excedieron el caso puntual, para hacer visibles los puntos oscuros de la administración Cariglino. En primer lugar, la violencia como mecanismo constante. Lo que pasó en la marcha no es nuevo. Es decir, no es un mero exceso, sino que responde a una suerte de protocolo al que el cariglinismo suele recurrir cuando algo hace peligrar su férreo manejo territorial: concentrar fuerza de choque, con vía libre a la violencia, si es necesario. La situación se ha repetido desde siempre, y este medio las ha reflejado oportunamente. Sin ir muy lejos, la asunción de los concejales en diciembre o la primera sesión del concejo en enero se desarrollaron en un clima de marcada agresividad hacia los ediles opositores. Puntualmente, fue el concejal Reinaldo Ferrau quien la sufrió en mayor medida, ante la mirada complaciente de funcionarios y hasta de policías.

Además de la violencia, volvieron a resonar los antecedentes de la causa judicial que lo tuvo preso 13 días al intendente Cariglino y su secretario de Gobierno Harari, acusados de administración fraudulenta y enriquecimiento ilícito, entre otras imputaciones (en total fueron 29).

Y también están los puntos oscuros del sistema de Salud, tan alejados al marketing político que pretende mostrar modernidad y excelencia. Son los flancos débiles de un sistema que privilegió la alta complejidad pero que muestra fisuras a diario en la atención de los temas más simples. Las voces críticas dicen es un sistema pensado más en recaudar, que en curar. "Este modelo no invierte en el primer nivel de atención sencillamente porque no es rentable, porque en ese nivel no se factura. Ahí están los pobres, sin obra social para facturarle. En el otro extremo está la complejidad, para asegurar la ganancia, como en toda empresa privada", opina el médico Eduardo Barragán, dirigente de la Cicop. El lado oscuro del sistema muestra las quejas por la mala atención, la precarización laboral del personal médico (en su mayoría jóvenes residentes contratados para abaratar costos), y las denuncias por malas praxis.

Pero hay más. Por ejemplo, una causa por sobrefacturación en la que se acusó al municipio de "dibujar" prestaciones médicas -a través de recetas con firmas y sellos de médicos truchados- para aumentar los fondos de coparticipación. O también las reiteradas quejas por mala atención de los beneficiarios de PAMI, que le paga al municipio una suma mensual varias veces millonaria para su atención. Y no son pocos los que comienzan a reclamar que se revise el sistema que asigna la coparticipación provincial por salud - Malvinas Argentinas es el municipio que más recibe -, por otro que no genere brechas tan significativas entre las comunas.

Violencia, relaciones de poder, causas judiciales, críticas al sistema de salud. Hasta ahora, estos temas se comentaban en voz baja. Tras la muerte de la niña y la posterior alta exposición de los hechos de violencia con los que se reprimió el reclamo, comienzan a ser puestos sobre el tapete, logrando hacer tambalear la hasta hace poco blindada estructura del poder cariglinista.

 

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