El exintendente se refirió a lo que el actual jefe comunal hizo público ayer: el espacio secreto que tenía en el quinto piso del palacio municipal, cuyo acceso simulaba ser pared. Negó todo y atacó a Nardini.

Estalló el bulín-gate. Durante todo el día, los medios nacionales reflejaron lo que el intendente Leo Nardini había hecho público ayer a la tarde, durante el agasajo del Día del Periodista: el espacio secreto que el exintendente Jesús Cariglino tenía sobre su despacho en el palacio comunal, verdadero búnker al que se accedía franqueando una puerta que a simple vista parecía ser pared.

En uno de los informes, emitido esta noche en Telenoche, habló Cariglino. Y lució como esos testigos a los que el abogado recomienda negar todo. Así, dijo que nada de eso existía, ni siquiera lo que las imágenes mostraron con elocuencia.

"Esa iba a ser mi oficina, pero como era muy incómoda y yo quería estar más en contacto con la gente, la dejé como un ámbito de encuentro, pero nunca se usó", afirmó. También aseguró que "todo el mundo tenía acceso" al espacio, algo irreal considerando que para entrar hacía falta su dedo pulgar en el dispositivo, que recién con ese reconocimiento franqueaba el disimulado paso.

Ayer, varios periodistas que participaron de reuniones en el despacho, durante la anterior gestión, aseguraban que no sabían nada de ese lugar secreto.

"Me habré duchado dos veces ahí, por apuro", llegó a reconocer. "Nada más que eso".

Sobre la cava especialmente ubicada para depositar botellas balbuceó que "no bebo alcohol, pero si lo hubiera, bueno, nada, qué se yo, estaría...". Y concluyó agresivo: "A lo mejor el intendente está tomando algunas pastillas que le hacen mal, y busca culpas en otro que él no puede justificar".

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