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Malvinas Argentinas ( 20/11/2013 )
EL CONCEJO QUE SE VIENE
En pocos días asumen los concejales electos en octubre, lo que cambiará la conformación del cuerpo. Algunos apuntes sobre el nuevo escenario en el Concejo Deliberante de Malvinas Argentinas.

La sede del Concejo, en el ex batallón de Los Polvorines

En pocos días más asumirán los concejales electos en las elecciones de octubre, lo que impondrá una nueva composición en el Concejo Deliberante de Malvinas Argentinas.

Los datos de las elecciones determinaron 8 concejales para el cariglinismo (hoy en alianza con el massismo) y 4 para el Frente para la Victoria.

Por el oficialismo entrarán Alberto Cobreros (renueva), Lucía Bonfati (renueva), Héctor Figueroa (renueva), Alejandro Groh (renueva), Mario Gualmes (renueva), Andrea Palavecino (renueva), Víctor Domínguez y Héctor Ruviera (renueva). Por la oposición, Rodolfo Tailhade, Mariano Hidalgo, Eliana Balmaceda y Lucas Cáceres.

Más allá de la contundente victoria del Frente Renovador, para el cariglinismo los números significan un retroceso. En la actualidad, el bloque del intendente cuenta con 15 ediles, más los 3 del bloque Unión-Pro, cuya absoluta funcionalidad hace que se los pueda consignar como propios.

Cuando asuman los nuevos concejales, el cariglinismo mantendrá sus 15 bancas, pero perderá esas 3 bancas funcionales. Por el contrario, el kirchnerismo, que actualmente tiene un bloque de 6, pasará a tener uno de 9.

El cariglinismo perderá el quórum propio, al no tener el dominio de al menos dos tercios del total de las bancas. Perder el quórum propio significa perder la capacidad de sesionar cuando se quiere. E implica el camino de la negociación política, algo que el cariglinismo jamás hizo en el Concejo.

Es muy probable que la incomodidad que le produce la novedosa situación lleve al aparato del intendente a jugar en el terreno que mejor se mueve: el de la compra de voluntades políticas. Con torcerle el brazo a un concejal opositor le alcanzaría para volver a la anterior situación de dominio. Hasta ahora, el bloque del FpV que subió en 2011 se mantuvo impermeable a cualquier intento, habrá que ver si el cariglinismo encuentra algún resquicio en el nuevo escenario.

Otra pelea que se viene es la de las autoridades del cuerpo. En la actualidad, con 6 integrantes, el bloque opositor no logró ser considerado en el reparto de cargos. Es impensable que un bloque de 9, que claramente es la primera minoría, no tenga para sí la vicepresidencia del cuerpo.

LA INTERNA DEL BLOQUE OFICIALISTA

La actual presidenta del bloque del intendente, María Burgos, deja su banca. Esto habilita la carrera por su sucesión. Por protagonismo en las sesiones y por experiencia, se perfila para el puesto Carlos Herrera, quien suma, además, su buena relación con el presidente del cuerpo. De todos modos, no son de esperar negociaciones ni planteos, la decisión bajará del cuarto piso del palacio comunal.

En el bloque cariglinista se encienden otras señales de alerta. Se viene un Concejo más intenso, con más debate político, y en las bancadas que responden al jefe comunal no abundan los concejales que hayan mostrado estar a la altura de las circunstancias. Algunos comienzan a preguntarse por qué el intendente Cariglino no subió la vara al elegir candidatos para 2013.

EL BLOQUE OPOSITOR

El actual bloque del FpV exhibe dos puntos a favor: uno, el de no registrar ninguna fuga hacia el cariglinismo (como pasó con anteriores camadas de concejales que, surgidos del voto kirchnerista, terminaron transfugados a las filas del intendente, previo arreglo económico); y en segundo lugar, que supo mantener la unidad del bloque, más allá de las diferencias políticas que pueden existir entre sus integrantes.

La presidencia está en manos de la concejal Mariana Zuccarini, quien responde a Luis Vivona. Todo indica que no habrá cambios.

Si no surge del consenso, si hubiera una votación para definir la cuestión, Zuccarini parece tener asegurados los votos necesarios.

Una hipotética votación sería definida a su favor por los 3 concejales de Kolina, más los 2 del Movimiento Evita (de buenos vínculos con Vivona), más el voto del concejal Ferrau, quien no está alineado a ninguna organización K, pero que ya adelantó su posición a favor de la continuidad de Zuccarini en el cargo.










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