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A MANERA DE RESPUESTA
Por Luis Horacio Melillo
La nota que antecede llegó a nuestra redacción a manera de respuesta a nuestra cobertura de la asamblea realizada el pasado viernes 30 de abril. A manera de respuesta a la respuesta, y sin eludir el debate, me parece pertinente realizar algunas consideraciones.
En nuestra edición anterior, traté de describir el entramado político que llevó a que el aparato del dirigente Lumbreras se volcara desembozadamente en la interna del Centro Comercial, para mostrar cómo el poder político se mete crudamente en la vida de las entidades intermedias, atentando contra el libre juego democrático de las mismas. Esta frase, que quizás suene algo pomposa, significa lisa y llanamente que no se permite que sean los socios de una entidad, en este caso el Centro Comercial de Tortuguitas, los que decidan cuál es la mejor gente para conducirla. Ahora, a quince días de la asamblea, digame la verdad, amigo Domínguez, ¿a usted le queda alguna duda de que esto fue así? Si le quedan, a todo lo que ya he opinado, le puedo agregar por ejemplo la actitud triunfalista de Lumbreras, que desde la ventanilla de la camioneta en la que suele conducirse, (la que el municipio le asignó para cumplir mejor su tarea, adquirida con el aporte de los esforzados contribuyentes de Malvinas Argentinas), no trepidó en gritar a los cuatros vientos loas al triunfo weberista. Lo mismo hizo el delegado Ruviera, y de ahí para abajo todos los estamentos lumbreristas. Es decir, lejos de mantener un recomendable perfil bajo salieron a ponerle una ruidosa rubrica al ajustado triunfo, como para que no queden ya dudas que fueron los dueños de la movida "Todos por Emilio". Yo creo, con todo respeto, que la actitud gritona y triunfalista tiene que ver con otra cosa. Es más bien tapar lo que en realidad fue una victoria con sabor a derrota. Porque si movilizando todo el lumbrerismo a pleno, en una asamblea de apenas algo más de 70 personas, se gana por apenas 4 votos, queda claro que no hay nada que festejar. Hoy nadie duda en Tortuguitas que sin la ayuda del aparato lumbrerista, es decir solo "socios contra socios", la lista de Weber estaba condenada al fracaso.
Respecto a la tarea de Miguel Astroboy Domínguez, le confieso, ignoraba que fuera de tanta importancia en el equipo oficialista. Lo que sí me pregunto, y sería bueno que se informe, es si Miguel Astroboy Domínguez cumple su tarea al frente de la unidad básica La Hora de los Pueblos ad honorem o si el municipio le paga alguna retribución. No estaría mal que Domínguez cobre por su tarea. Lo que sí sería reprobable es que con dinero de los esforzados contribuyentes de Malvinas Argentinas, se le pague para estar al frente de una unidad básica partidaria. Respecto a lo que usted dice del delegado Ruviera, que quiere que le diga, no me parece que tengamos que hacerle un reconocimiento porque no coimea, no vende combustible municipal ni agarra la "changuita" de repartir los impuestos. Todo eso corresponde que sea así y no me parece, le repito, digno de reconocimiento.
Usted se refiere al componente ideológico de la lista opositora. Dice que fue una alianza de radicales, pattistas y vecinalistas. Discrepo de plano con su enfoque. Si usted hilara más fino, encontraría también, hasta donde yo sé, un par de peronistas y algunos independientes. Y por el lado de la lista oficialista aparece algún radical y, también, independientes. Pero lo central es que más allá de la ideología de cada uno de los integrantes de ambas listas, en la lista ganadora actuó abiertamente el aparato político del director Lumbreras.
En otro orden, me preocupa que el concepto sustancial de mi nota, las "presiones" a los comerciantes, pase desapercibido para usted. Y me preocupan también muchas otras cuestiones que usted señala y de las cuales dice no constarles ni tener información. Respeto la militancia política. La suya y la de cualquier otro. Jamás abogué, no sé de dónde lo tomó, por "una renovación con gente sin participación". Lo que sí sostengo es que hay dirigentes que cumplieron un ciclo. Deben dejar paso a otros, y no repetir alegremente que "me quedo porque no hay nadie que agarre", para atrincherarse cuando un grupo de socios trabaja para reemplazarlos. Por último, destaco que a pesar del disenso, usted haya optado por el camino del debate. No como algunos compañeros de su lista, que, incapaces de vertebrar un discurso ligeramente coherente, hacen de la calumnia y de la injuria un método de acción.
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