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Luis Cubilla, dirigente de la Corriente Clasista y Combativa
"LA CORRIENTE LE GANÓ EL CORAZÓN A LA GENTE"
| Luis Cubilla, (en realidad Francisco Gelso, el apodo nació - según el mismo explica - por motivos futbolísticos y le ganó al nombre verdadero) es quizás el dirigente de mayor peso en la región del sector de desocupados. Piquetero de la primera hora y máximo referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) en Pilar y en Malvinas Argentinas, su figura suele aparecer en entrevistas realizadas por la tevé y las radios nacionales en los cortes de zona norte. Además, milita desde los '80 en el Partido Comunista Revolucionario (PCR), una escisión del viejo tronco del PC argentino, integrada por un grupo de dirigentes que a fines de los '60 pegaron el portazo y adhirieron al maoísmo. "Nací en el año 1952. Viviamos con mis viejos en una quinta, "La Margarita", de El Chelito y un año después ya nos vinimos a Tortuguitas, a la quinta de la familia Algue, en el barrio Parque Hermoso, donde viví hasta que me casé. Mi papá era muy conocido acá, era "el italiano Don Francisco". Tengo recuerdos muy grabados de cuando Tortuguitas recién surgía, la parada de taxis, la panadería de Pombo". Hizo la primaria en la escuela 40 (ex 21) y unos años de secundaria en el Instituto Mariano Moreno, que ya no existe. Después hizo trabajos de tornería y pasó por distintas fábricas hasta llegar a la Ford, donde se incorpora a la lucha sindical integrando una lista de izquierda que intentaba quitarle el dominio a los históricos del Smata. "Estuve en la junta electoral del gremio, fue muy importante para foguearme políticamente. Participé también de la toma de la fábrica en el año '85. Fueron 18 días. Después me echaron de Ford". |
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Cubilla en un acto en Plaza de Mayo
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En el ámbito local, a fines de los '80 fue secretario de la sociedad de fomento Los Ombues y fundador del jardín maternal El Retoño. A principios de los '90 fundó el club Parque Hermoso. Desde 1998 es un desocupado.
-¿Cómo nace la CCC en Tortuguitas?
-En el '97 empiezan en La Matanza a trabajar con los planes provinciales. En 1999 formamos un ropero comunitario con 12 personas, entre las que estaban, Graciela Vega, Gabriela Palavecino, Dora Godoy, Elba Goitea, Corazón Bulacio. Luego hicimos un taller de reciclado de libros. Y la Corriente explota en agosto del 2000 cuando formamos nuestro primer comedor comunitario, en el barrio Los Ombues. Ahí se sumó mucha más gente. Yo me negaba a los que me decía mi mujer Graciela Vega de que en Tortuguitas había hambre. Yo no veía el hambre acá. Con el comedor y el merendero la descubrí. Ese año hicimos nuestra primera movilización y tomamos el municipio de Pilar. Marcamos dos hitos: conseguimos mercadería y la repartimos ahí mismo; y mostramos que nuestro reclamo era social, no político.
-Luego comenzaron a crecer...
-Sí, los comedores y merenderos fueron creciendo, a Williams Morris, Los Perales, Chelito, Kilómetro 38. Hoy estamos en 21 barrios de Malvinas y en 16 de Pilar, con comedores, merenderos y centros de jubilados. Movilizamos entre 1000 y 1200 personas. Responden a nosotros unas 1800 personas.
-¿Se corresponde ese número con la cantidad de planes que manejan?
-No, porque mucha gente que se moviliza no cobra plan, se moviliza para luchar por su plan. En realidad la gente se acerca por un plan o por una bolsa de mercadería, nosotros a través del debate político buscamos que entienda por donde pasa la lucha. Nuestro logro es haber logrado que cada uno entienda que puede ser un motorcito en su barrio. No subestimamos a la gente.
-Muchos les critican que ustedes condicionan el acceso a un plan a cambio que los acompañen en las protestas...
-La gente que se acerca a nosotros antes golpearon mil puertas, la del puntero, la del municipio, etc. Antes el plan lo conseguía el puntero. Los piqueteros los conseguimos con la protesta social, le hicimos entender al funcionario que hay una necesidad real. Eso se logra con la movilización de la gente. Los que nos critican son los que usan a la gente, los que no plantean cambios, los que quieren que la gente se resigne. Nosotros queremos generar un cambio real, no queremos depender toda la vida de un plan. Queremos volver al trabajo.
-¿Son optimistas con el plan manos a la obra para hacer casas a través de cooperativas de trabajo?
-Es un paso adelante. Nos reunimos en Malvinas con el intendente porque en ese distrito se van a hacer 500 viviendas. Ya armamos dos cooperativas de trabajo. Somos cautos porque vemos un doble juego del gobierno. Por un lado buscar pequeñas soluciones a la desocupación, por el otro desarmar estas organizaciones sociales. Les dijimos al gobierno que nos vamos a dirigir con pautas diferentes a lo que se quiere, donde el conjunto decide. Queremos cooperativas solidarias, mixtas, 50 por ciento mujeres y 50 por ciento hombres. Los ingresos deben ser parejos. El excedente se tiene que repartir en el resto de los compañeros.
-¿Qué pasa con el consejo consultivo en Malvinas?
-Pedimos entrar y nos dijeron que sí, pero no nos convocaron. No sé si funciona en Malvinas. En Pilar lo integramos. Pero hasta ahora los consejos demostraron ser estructuras de apoyo a los intendentes.
-En los últimos tiempos se denunciaron irregularidades en el manejo de planes y el municipio de Malvinas figuraba entre los que más denuncias tenía...
-Sí, seguro que es así. Nos preocupa que muchos beneficiarios van a cobrar y descubren que el cheque fue cobrado. Circulan documentos mellizos. También es responsabilidad del banco que paga a quien no debe pagar.
-¿Cómo ven la situación nacional?
-Somos opositores, no sistemáticos, pero entendemos que hay rasgos que no van a modificar la situación. Vemos cosas positivas en derechos humanos, el descabezamiento de la cúpula militar. Pero nos oponemos al acuerdo con el FMI. Comprometieron el futuro del país. Creemos que hay que romper con el fondo. Pero tenemos una relación de respeto con el gobierno, aun con las diferencias de fondo que tenemos.
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