Tiempo de Tortuguitas - Edición On Line

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Edición On Line | Año IX Nº 186 | Primera Quincena de Mayo de 2008

CRISTINA EN MALVINAS, DURA CON EL CAMPO Y LOS MEDIOS

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UN HOSPITAL PARA ATENDER LAS EMERGENCIAS

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DESARROLLO DE NOTICIAS

La presidenta estuvo en la inauguración del Hospital de Trauma, en Pablo Nogués

CRISTINA EN MALVINAS, DURA CON EL CAMPO Y LOS MEDIOS

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner estuvo en Malvinas Argentinas, el pasado martes 6 de mayo, para participar de la inauguración del Hospital de Trauma y Emergentología Dr. Federico Abete, que se encuentra en la localidad de Ing. Pablo Nogués. En su discurso, la presidenta cargó contra los productores agropecuarios y los medios de comunicación, en una casi obvia referencia al grupo Clarín, blanco de las críticas del kirchnerismo en los últimos tiempos. El encuentro marcó un hecho inédito: la presencia de uno de los integrantes del matrimonio Kirchner junto al intendente Jesús Cariglino, desde que la pareja detenta el poder. Acompañaron a la presidenta el gobernador Scioli y los ministros De Vido, Ocaña y Randazzo. El acto fue seguido por una concurrencia estimada en las 5000 personas.

Casi al momento que en la Casa Rosada daba fin un encuentro entre productores agropecuarios y funcionarios del gabinete nacional encabezados por Alberto Fernández, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner llegaba al distrito. Quince minutos después de las 18 se anunció su presencia en el hospital de trauma.

En un acto casi privado, la presidenta y el intendente, acompañados por una reducida comitiva de funcionarios, realizaron el simbólico corte de cintas, para recorrer luego las flamantes instalaciones. Afuera esperaban los invitados especiales, ubicados en sillas delante del palco (entre ellos los intendentes Ishii, de José C. Paz, de la Torre, de San Miguel, Curto, de Tres de Febrero, y Guzmán, de Escobar), y una multitud que según fuentes policiales rondó las 5.000 personas.

A las 18.30, vestida con un trajecito violeta, Cristina asomó por la puerta principal del centro de salud, para saludar a la gente. Ya sobre el palco, la presidenta siguió saludando y agradeciendo las muestras de afecto.

Habla la presidenta. Escuchan, en la mesa, Florencio Randazzo, ministro del interior, el gobernador Daniel Scioli, el intendente Cariglino y el ministro de planificación Julio de Vido

Enseguida tuvo un primer gesto de apoyo al intendente Cariglino, al pedirle que se ubique a su lado (los separaba el gobernador Scioli), para tomarle la mano y ensayar juntos una saludo triunfal. Una imagen que el cariglinismo esperó pacientemente, nada menos que los cuatro años y medio que lleva el kirchnerismo en el poder.

Luego de un breve video institucional, abrió el intendente con su discurso. Además de agradecer la visita de la presidenta, Cariglino dedicó largos párrafos iniciales para brindar un fuerte apoyo a su secretario de salud Hugo Schwab, el hombre que ideó el actual sistema de salud municipal. Cariglino lo llamó su “compañero y amigo”, “que olvidó la comodidad de su consultorio, donde estaba cómodo, para aceptar el desafío cuando decíamos que había que cambiar el viejo y anacrónico que existe y existía (sic)”. Cariglino fue más allá aun en el elogio de su secretario, “Es un militante, trabajador, constructor, médico, buen amigo, que se la juega y que cuando yo lo invité a cambiar la salud aceptó el desafío”. A un costado, el secretario de gobierno Miguel Harari hablaba por su teléfono móvil. Desde hace tiempo el funcionario mantiene una lucha de poder con su par de salud, una contienda en la que parece haber perdido varios cuerpos en estos días.

Cariglino armó luego el discurso que la presidenta quería escuchar. Cargó contra el reclamo del campo y contra los medios. Empezó por estos últimos: “Algunos medios de comunicación, aquellos monopolios que están siempre para cuestionar, pero nunca para construir, nunca para aportarle ni al estado provincial, ni al municipal ni nacional soluciones, lo único que le muestran a nuestra gente es todo lo malo, todo lo negativo. En realidad los monopolios que manejan la prensa, lo que hacen es quitarle la fe, la esperanza a nuestro pueblo, cuando debieran ayudar a levantar la esperanza y mostrarle lo bueno y lo malo, para que nuestro pueblo pueda elegir después democráticamente en las urnas a quién castiga y a quién acompaña con su voto”. Luego siguió con el reclamo del campo: “El pueblo trabajador, que todos los días toma el tren y va a la fábrica o a su lugar de trabajo, y no se queja y no corta rutas, como hacen hoy los grandes empresarios, los monopolios que manejan los campos, la soja y el alimento de nuestros hijos y que nos dicen cuántos litros de leche nos van vender por familia y que nos dicen cuánta harina van a producir para la Argentina y cuánta se van a llevar fuera del país”.

Después, el intendente usó el ejemplo de Brasil, y dijo que “los brasileros son brasileros y nuestros empresarios argentinos, son mitad y mitad. Si la Argentina está bien, ordeñan la vaca, cuando Argentina está mal, quieren seguir ordeñando la vaca y el que paga es el pueblo trabajador. Tienen que producir, en vez de cortar rutas y discutir cuanto van a ganar dentro de cinco años”.

Luego de Cariglino, fue el turno de Cristina. La presidenta comenzó con elogios al nuevo hospital. “Es un hospital que hace a la dignidad del pueblo. No es un hospital más. Es un hospital que tal vez la persona más rica podría sentirse igual que en su casa (…) Quiero contarles que mis ojos han visto aparatología de último nivel, calidad, dignidad, respeto por la condición humana”.

Luego agradeció “el apoyo del pueblo de Malvinas Argentinas, no a esta presidenta sino a un proyecto político”, en las últimas elecciones. La parte fuerte de su discurso, que levantaron luego los medios nacionales, fue cuando abordó los temas candentes de la actualidad argentina. Como lo había hecho antes el jefe comunal, Cristina dedicó largos párrafos para cargar contra los productores agropecuarios y los medios nacionales.

“Los medios de comunicación, muchas veces nos quieren hacer bajar los brazos a los argentinos, hacernos creer que todo está mal, pero tengo confianza infinita en la profunda inteligencia del pueblo, que sabe que atrás de esos mensajes negativos, donde pareciera que todo está mal, se esconden intereses económicos profundos, que quieren torcerle el brazo a los gobiernos nacionales y populares. Desde aquí les digo que no lo van a lograr, porque están ustedes para darnos fuerza y confianza”, dijo la presidenta.

Al final, Cristina repartió saludos entre el público

Luego se refirió “a los empresarios que han logrado las mayores rentabilidades que nunca soñaron en su historia”, a los que les pidió que “comprendan que es la hora de respetar la distribución del ingreso. Cada vez quieren más, pero que sepan de mi compromiso y mi convicción de que vamos a hacer todo lo que debamos para que se cumpla lo que dijimos en la campaña”. “Tarde o temprano las máscaras se caen”, advirtió la presidenta, “y es entonces allí cuando debe estar la responsabilidad de todos los dirigentes, de todas las áreas, para entender que la república Argentina es un país de todos y no de grupos”. “El país no es un instante, ni una línea de un diario, o una imagen de televisión. La historia es otra cosa, es el tributo y el agradecimiento a los que saben trabajar por ellos. Nos merecemos un país construido por todos y para todos”, finalizó.

Al terminar el discurso, la presidente se acercó a las vallas, para saludar a la gente, algo que hace habitualmente. Por entonces, un espectacular despliegue de fuegos artificiales llenaba la noche, tan coloridos como las sensaciones que el paso de la presidenta dejó en los ánimos del oficialismo local.

UNA IMAGEN INÉDITA

Nadie que siga la política distrital puede dudar que fue una imagen fuerte ver a la presidenta Cristina Kirchner junto al intendente Cariglino, en Malvinas Argentinas, compartiendo acto y repartiéndose elogios, cuando hasta no hace mucho los unía una historia de desencuentros.

En todos los años que lleva el kirchnerismo en el poder (cuatro de Néstor y medio de Cristina), ninguno de los dos había pisado el distrito para estar con el intendente. Mientras, las visitas a los distritos vecinos se repetían. Una única vez había estado la actual presidenta. Fue en 2005, antes de las elecciones, para participar de un acto opositor a Cariglino. Eran otros tiempos. El kirchnerismo había hecho una apuesta fuerte enfrentando al duhaldismo y caminaba el Gran Buenos Aires con un discurso basado en la transversalidad y la irrupción de la nueva política. Eran tiempos en los que se hablaba de “el Padrino” y se denostaba a sus seguidores. Cariglino transitó ese momento junto a Duhalde.

Pero ahora son otros tiempos, con un ejecutivo urgido de apoyos, agarrado con fuerza al PJ bonaerense y a los líderes de la CGT. Por eso, la imagen actual, con un acto armado casi a pedido del nuevo jefe del PJ, impacta. Una imagen que el cariglinismo esperó pacientemente y que demuestra cómo cambian, en tan poco tiempo, los escenarios de la política en la Argentina.