CON PROTOCOLO, EL DOMINGO SIGUIÓ EN VILLA DE MAYO LA TRADICIÓN DE LA FIESTA DEL MAILÍN

La Iglesia Guadalupe abrió para que –de a uno- los fieles pudieran rezar ante la imagen. La celebración se inició hace 45 años.

La iglesia Guadalupe de Villa de Mayo

El domingo, en un contexto muy especial, se realizó en la iglesia Guadalupe de Villa de Mayo la tradicional Fiesta del Señor de los Milagros de Mailín. Una celebración que reconoce sus raíces en el siglo 18, en tierra santiagueña y que aquí comenzó hace 45 años de la mano del sacerdote jesuita Jorge Seibold.

En épocas sin pandemia, cada edición de esta celebración suele convocar a miles de fieles de todo el Conurbano y combina las actividades litúrgicas con folclore y comidas típicas.

Este domingo se hizo un esquema especial por la emergencia epidemiológica. A las 9 hubo una misa sin público, oficiada por el párroco Silvio Fazzari y transmitida en vivo a través de Facebook. Luego, de 10 a 17, la iglesia abrió sus puertas para permitir el paso de los fieles –de a uno por vez-, para el rezo ante la imagen. “Fue muy conmovedor, se juegan muchos sentimientos en estas fiestas. Aunque no hubo colas, en todo momento llegaban fieles”, comentó a Tiempo de Tortuguitas Ana Ávila, una de las responsables de la organización.

EL ORIGEN DE LA CELEBRACIÓN

La leyenda que dio inicio a la devoción data del siglo 18 y tuvo su origen en los campos del Mailín, en Santiago del Estero. Cuenta que un lugareño fue sorprendido por una luz intensa, al pie de un algarrobo. Y que al acercarse pudo ver que la luz salía de una cruz con la imagen de Cristo.

En 1976, el Padre Jorge Seibold conoció la historia de boca de Laurentino Ávila, un santiagueño vecino del lugar. Su entusiasmo convenció al sacerdote jesuita de hacer la fiesta en la por entonces humilde capilla. Pese a la poca publicidad, convocaron a una buena cantidad de fieles. Fue el inicio de todo. A partir de entonces, la celebración no dejó de crecer año tras año.