LA HISTORIA DE MARTÍN ACEVEDO, EL FUTBOLISTA AL QUE LLAMABAN “EL NUEVO MESSI”

Pasó por el Atlético y el Real Madrid, pero las lesiones le jugaron en contra. Hoy intenta volver en Malvinas de Sourdeaux.

En los últimos años, muchos futbolistas tuvieron la suerte, y la carga también, de ser catalogados como el nuevo Messi, por diferentes características en común con la figura del Barcelona. Sin embargo, fue Martín Acevedo el primero en ser comparado con el rosarino. Casi con la misma edad de Messi, dio el salto a España, pero múltiples inconvenientes provocaron que Martín tuviera un futuro muy diferente al de la leyenda argentina. Hoy, con 26 años, es parte de Deportivo Malvinas y trabaja para volver a tener una segunda oportunidad.

Martín Acevedo comenzó a jugar al fútbol en baby, en un club de barrio en Boulogne, su ciudad natal,hasta pasar a cancha de 11. “A los 9 años, por el papá de un amigo, llegué a la filial de River en Sourdeaux, que hoy es Deportivo Malvinas. Ahí conocí a Alejandro Ruitiña y aprendí a jugar en cancha grande, siempre de wing o volante por afuera”, comenta Martín. Y más tarde, llegaría al club del cual es hincha: “Un par de años después, con mi club de barrio fuimos a jugar un amistoso contra Boca. Ahí preguntaron por mí, gusté y empecé. Entonces firmé un contrato anual, como sucedía antes en las inferiores”.

Luego de consagrarse campeón en las inferiores del Real Madrid

Al año siguiente, el propio Ruitiña, que lo conocía de la filial de River, y que en ese entonces captaba talentos para el Atlético Madrid, le propone al joven probar suerte en el club español. Martín no lo duda y decide ir, aunque nunca se hubiera imaginado lo que pasaría más tarde. “Fui a probarme y quedé. Y se generó un gran revuelo porque ahí comenzó lo del ‘nuevo Messi’. Lo que pasa es que como era zurdo, jugaba en la misma posición, la misma edad de él cuando fue al Barcelona, pero yo era Martín Acevedo y jugaba como siempre jugué”, comenta el futbolista sobre aquel momento.

Pero a diferencia de lo que había provocado su aparición en el país europeo, quien no estaba contento era Boca, en ese entonces presidido por Mauricio Macri.

El Xeneize sentía que la llegada del juvenil al Atlético de Madrid debía dejarle algún resarcimiento económico, y eso intentaron obtener. “Lo que ocurrió fue un antes y un después en ese sentido. Yo ya no pertenecía a Boca, ellos hacían contratos anuales y el mío había terminado. Lo que hice fue tratar de crecer y lograr el sueño que todo chico tiene”, cuenta Martín, y agrega: “Nos ofrecían plata y eso a mí no me importaba. Mis papás se reunieron con gente del club, no me querían dejar ir, pero la decisión ya estaba tomada”. El caso de Acevedo y algunos otros hechos parecidos, fueron un detonante que hizo que los clubes argentinos, en la actualidad, pacten contratos más extensos a los juveniles y cada vez a más temprana edad.

Y tal era la expectativa en España por esta promesa argentina, que la presencia de Acevedo, y todo lo que se hablaba de él, provocó que Majadahonda, ciudad deportiva del Atlético,se llenara en su primera presentación oficial con el club. En el Colchonero, el argentino compartió equipo con futbolistas que hoy se encuentran en la elite del fútbol mundial, como Saúl Ñíguez, Óliver Torres y Javier Manquillo.

Al poco tiempo, el Real Madrid se interesó en él y el atacante zurdo llegaría al conjunto blanco, y la figura del “nuevo Messi” se agrandaría mucho más. Sin embargo, fue en ese club en donde la carrera de Martín Acevedo comenzaría a enfrentarse con su principal enemigo, las lesiones. “Tuve un buen primer año en el Madrid, salimos campeones y me sentía bien, pero en el segundo año me desgarré y, a partir de ahí, nunca podía volver del todo. Me recuperaba y me lesionaba, y así siempre”, relata el jugador. En el Merengue salió campeón en ambos años, junto a futbolistas como Jesé Rodríguez y Cristian Benavente.

A los 17, Acevedo pasaría al Real Zaragoza, pero problemas de papeles le impedirían cumplir su objetivo de asentarse, en el momento en el que más cerca estuvo de lograrlo. “Tuve que esperar 6 meses para debutar en el club porque era menor de edad, y en ese momento no se permitía si no eras de ahí, era una ley que tenían ellos.Después, Javier Aguirre, el técnico mexicano, me sube a entrenar con la primera. Estaba Leo Ponzio, Franco Zuculini, Leo Franco, no lo podía creer”, expresa el ex Boca.

Entonces, otra vez las lesiones: “Primero me fracturé la clavícula y un día, en un entrenamiento, un compañero, si se puede llamar así, me pegó tan fuerte que me rompió la rodilla,y eso me arruinó. Quería dejar todo, prefería volver a Argentina y abandonar… y llegó la chance de Racing”.

La Academia quería contar con él y Martín lo veía con buenos ojos, pero, otra vez por papeles y contratiempos, no pudo fichar para la reserva y tuvo que entrar para la cuarta división. Y allí, nuevamente: “En el primer partido en Racing, me rompí los cruzados. Fue la peor lesión de todas porque estuve casi dos años parado”.

Luego de recuperarse, Martín decidió volver a comenzar: “Un día me lo encuentro de casualidad a Ale Ruitiña en una estación de servicio, le dije que no estaba en ningún club, así que volví a Malvinas y eso fue un renacer, volví a sentirme futbolista después de tanto tiempo”.

En los años posteriores, Martín tuvo pasos por Paraguay y Estados Unidos, y también encontró una nueva pasión, que nada tiene que ver con la pelota. “Hoy en día estudio abogacía en la UBA, quiero ser abogado penalista después de retirarme”, comenta el futbolista de Deportivo Malvinas.

Martín Acevedo en la actualidad, con la 8 de Deportivo Malvinas

En el club de Sourdeaux logró el bicampeonato de la Liga Escobarense, pero también sueña en grande y sabe que las oportunidades no tardarán en llegar. Sobre esto, Martín aclara: “Con la experiencia que tengo, hoy evalúo bien las propuestas. Quiero tener continuidad en Malvinas y después se verá”. Y cierra: “Mi historia sirve de ejemplo para los chicos que están empezando y son injustamente comparados con los mejores. En cualquier profesión, si te comparan con el más grande, nunca vaa ser suficiente lo que hagas”.

Nicolás Ferreira