A CLASE CON EL PRESIDENTE

Emiliano Vila vive en Nogués y es uno de los estudiantes de la cátedra de Fernández en la UBA. En la nota cuenta su experiencia.

Emiliano ayer, siguiendo la clase virtual del profesor Fernández

Emiliano Vila tiene 24 años, vive en Pablo Nogués y cursa el tramo final de la carrera de Derecho en la UBA. Ayer asistió desde su casa a una clase virtual dictada por uno de sus profesores. Hasta allí, la circunstancia está dentro de lo normal para un estudiante universitario en tiempos de pandemia. Excepto, que la materia se llama Teoría del Delito y Sistema de la Pena y que el titular de la cátedra es el presidente de la Argentina. Cargo que no le impide a Alberto Fernández seguir -por elección propia- con el dictado de sus clases en la universidad pública.

En diálogo con Tiempo de Tortuguitas, Emiliano contó su experiencia.

Me anoté en la materia pero pensé que por haber asumido la presidencia, las clases las iba a dar el ayudante de cátedra. Pero no, el 9 de marzo entró al aula con una lista nuestra bajo el brazo diciendo “buen día chicos”. Ese día tuvimos una clase increíble de tres horas. Esa semana la Facultad suspende el dictado de clases por la emergencia, hasta ayer que tuvimos la primera clase digital con él. Es increíble la versatilidad que tiene con nosotros, teniendo el cargo que tiene… incluso participa en un grupo de WhatsApp con nosotros”, cuenta Emiliano entusiasmado.

El vecino de Nogués se define como hijo de un hogar trabajador, militante del Frente de Todos y apasionado por el derecho penal. “Por eso, es algo que vivo con mucha emoción. Es una conjunción de emociones… por todo lo que sufrió nuestro pueblo después de cuatro años de desidia y todo lo que luchamos para que él sea presidente. Para mí es una satisfacción triple: es abogado, le gusta el derecho penal y es un humilde peronista. Ayer nos agradeció por la clase, que según nos dijo es su cable a tierra. Eso habla dela humildad que tiene como persona”.

Al final de la clase, Fernández tuvo un intercambio con cada uno de los estudiantes. Y Emiliano aprovechó para darle su mensaje: “Nos preguntó por nuestros familiares que estaban siguiendo la clase… en mi caso estaba mi novia, que lo saludó… aproveché para decirle que él es alguien que ya pasó a la historia por ser el primer presidente en ejercicio que dicta clases en la universidad pública, que creó Perón para los hijos de los trabajadores. Sonrió y se llevó la mano al pecho como diciendo te banco. Se lo quería decir desde la primer clase, por suerte ayer pude”.

-¿Qué sabías en la previa de la materia y de Alberto como profesor? ¿Qué te llevó a anotarte en su cátedra?

Hace dos años me había contado un amigo que cursó con él que había sido una de sus mejores experiencias. Me anoté y conseguí un lugar por mis calificaciones, pero cuando ganó las elecciones todos imaginamos que no iba a dar las clases. No fue así y pude comprobar lo que me decía mi amigo: las clases son muy amenas, él pone muchos ejemplos, nos explica de diversas formas para entender bien la dogmática penal, que no es fácil.

-¿Cómo lo notaste al presidente?

Muy relajado. Nos dijo que tenía muchas ganas de dar la clase, que se había apenado cuando se suspendieron las clases y que estaba contento con la resolución de retomar las actividades. Que lo primero que dijo es que iba a dar la clase sea como sea para que no perdiéramos el cuatrimestre. “No es culpa de ustedes que haya una pandemia porque cada uno tiene un proyecto de vida y por eso voy a hacer lo que esté a mi alcance para dar clase”, nos dijo. Se lo vio contento de dar clase, tiraba chistes todo el tiempo. La clase fue muy aprovechable, era para escucharlo y casi no anotar nada.

-¿Sos consciente del momento que te toca vivir, o es un poco como que todavía no caíste?

De a poco voy cayendo. Vengo de una familia de trabajadores, donde los valores que me transmitieron fueron el trabajo, la educación y la humildad. Las cosas no pasan porque sí. Agradezco a la vida, mi familia y Dios que me pusieron en este momento tan importante para mí. Es el momento cúlmine de mi carrera y lo vivo con una emoción y una trascendencia que jamás pensé que podrían llegar a pasarme. Por eso agradezco tanto a mi familia,que me permitió estar acá. No es fácil estudiar en la universidad donde se recibió el presidente de la Nación y estar en una clase frente a él. Pero las enseñanzas que uno tuvo hacen que se convierta en algo ameno. Va a ser un recuerdo que le podré contar a todos lo que crean que los sueños se pueden volver realidad.

-¿Qué mensaje le podés dejar a otros jóvenes como vos, en este momento complicado para todos?

Un mensaje de esperanza. En la vida todo se puede y aunque parezca una frase hecha no lo es. Uno puede tener satisfacciones muy lindas si hace las cosas de corazón. El trabajo, la educación y la humildad nos puede llevar a una patria más igualitaria. La Argentina tiene un problema muy grande de desigualdad y es tarea de los jóvenes combatirla. Romper dogmas y mover nuestras mentes para el bienestar de todos, cualquiera sea el lugar que tengamos en nuestra sociedad. En mi caso trato de ayudar en todo lo que puedo para devolver lo a la universidad pública el conocimiento que me da. Este es el mensaje, devolver a la sociedad lo que nos da. Son valores fundamentales que todo joven tiene. Así podremos combatir entre todos la desigualdad.

Luis Melillo