EL SHOW DE JOHNNY ALLON EN EL VIEJO BELGRANO

El club de Tortuguitas supo brillar por sus bailes. Por su escenario desfilaron muchos de los cantantes populares de la época.

Durante décadas, el Club Belgrano fue todo un símbolo de Tortuguitas. Era el club del centro de lalocalidad, donde la práctica deportiva ocupaba un lugar importante, fundamentalmente con el fútbol y el básquet. Sin embargo, el lugar era un importante centro de encuentro social, al que concurrían familias enteras, desde los más chicos a los mayores. Dentro de la actividad social, los bailes, los espectáculos musicales y los festejos de carnaval alcanzaron brillo en la zona. Porque a los bailes del Belgrano, allá por la década del ’60, llegaba gente de las localidades de los alrededores, y un poco más lejos también.

El club había sido fundado en el año 1950 por el impulso de un grupo de vecinos de la incipiente localidad. Entre ellos, se puede mencionar a Guillermo Allerman, Oscar González, Luis Tallarico, Pedro Monte, Primitivo Suárez, Carlozzi, Raúl Paoli, Scasa, Rodríguez, Gutiérrez, Cassó, Chaparro y Héctor García, entre otros.

En la década del ’60 el club pasaba por un buen momento. En el ’65 se inaugura la pileta de natación. Los equipos de básquet femeninos y masculinos, en varias categorías, participaban activamente de la Liga Pilarense. Incluso, hubo competencias internacionales, con el viaje de una delegación al Uruguay.

Las actividades sociales no le iban en zaga. Distintos artistas visitaban Tortuguitas para actuar en el Belgrano, entre ellos, algunos de los populares cantantes que integraban el Club del Clan, como Johny Tudesco, o Lalo Fransen. La foto que acompaña esta nota es una muestra: sobre el escenario, canta Johnny Allon y su grupo.

A los bailes íbamos siempre. Toda gente conocida, eran las familias que vivían en Tortuguitas. En muchas familias se brindaba en Navidad y después nos íbamos al club a encontrarnos con todos y a bailar”, recuerda Wanda Klodnicki, quien facilitó la imagen. “¿Anécdotas? Me acuerdo del día que se inauguró el salón del frente. No le habían hecho la carga al techo, empezó a llover y se llenó de agua. Nosotros bailábamos igual, alrededor de los charcos. También me acuerdo en pleno invierno, los más jóvenes bailando afuera, con las narices rojas del frío, y nuestras madres esperando en el buffet”.

Los recuerdos llevan a la vecina a una conclusión, en la que conviven la alegría y la nostalgia: “Fue una época hermosa, una diversión muy sana de la que participaba toda la familia. Algo realmente inolvidable para los que lo vivimos”.

Luis Melillo