LOS PILARES DE SOLARES DE LA REINA

Presidían la calle Mariano de Vedia, como señorial portal de ingreso al barrio. Fue uno de los primeros loteos de Tortuguitas.

Entre los primeros loteos de Tortuguitas se destaca el del barrio Solares de la Reina, realizado a fines de los ’40 por la firma Ungaro & Barbará, en tierras que eran propiedad de Juan Larreyna. En ese lugar, por largos años, había funcionado el tambo de Luis Ángel Navarro, que luego trabajaron sus hijos José y Herminio.

El remate del barrio Solares de la Reina se hizo el 10 de abril de 1949. Se ofrecieron a la venta «90 solares con superficies de 300 a 1160 metros cuadrados», según rezaba un plano de remate de la época. La base era a razón de $5 el metro cuadrado y el plazo de pago era de cinco años. En el marketing desplegado en el plano de remate, se destacaba la cercanía con el Tortugas Country Club y con la estación del ferrocarril.

Una curiosidad histórica: en sus inicios, las calles del barrio tenían nombres que guardaban relación con el período virreinal. Así, la actual Mariano de Vedia era la Avenida de la Reina; Paso de los Andes era la calle de los Virreyes; Batalla de Maipú, la de los Adelantados; Batalla de Chacabuco, la del Cabildo; Combate de San Lorenzo, la de las Carabelas; Santiago de Chile, la de los Navegantes; Brasil, la de los Alcaldes; y Panamá la de las Misiones.

En la entrada del barrio, por la actual calle Mariano de Vedia, se construyeron dos grandes pilares, que tenían cada uno de ellos un escudo de bronce con el nombre del barrio. En la imagen que acompaña a esta nota, se los puede ver, marcando el ingreso al barrio, rodeados de campo. En la actualidad, solo uno de ellos se encuentra en pie, prácticamente cooptado por un colegio privado que lo pintó con sus colores, como si fuera una continuación de su establecimiento. El otro fue derrumbado a comienzos de los ’90, en un golpe innecesario al patrimonio histórico del barrio y de la localidad.

La foto, que pertenece al plano de remate del barrio Marquesado, es gentileza del vecino Roberto Clérici.

Luis Melillo